La evolución que estamos viviendo
Te lo digo sin vueltas: estamos entrando en una etapa donde lo que conocés se queda chico.
Al principio, todo era simple. Yo pedía una página y el servidor la entregaba. Nada más. Rápido, sí, pero frío. No podía reaccionar a mí ni a lo que necesitaba.
Después llegó la explosión de sitios que parecían “leerme”. Me mostraban cosas que me interesaban, aprendían de mis clicks, ajustaban la experiencia. Ese salto abrió la puerta a plataformas que podían anticipar lo que iba a hacer. Antes solo empresas enormes podían permitirse esa evolución. Hoy, cualquiera puede construir algo así gracias a herramientas que acortan el camino.
El siguiente nivel
Pero lo que viene ahora es otra liga. Ya no se trata solo de mostrar contenido. La web empieza a crearlo para mí en el momento exacto. Yo escribo lo que quiero y aparece: la pantalla, la lógica, todo armado. La interfaz deja de ser un rompecabezas fijo y pasa a ser algo que se adapta a cada persona.
Cuando pienso un producto nuevo, parto desde esa idea: hablarle a la aplicación como hablo con una persona y que haga el trabajo pesado. Cero menús eternos, cero fricción. Y la mayoría del software actual va a tener que moverse en esa dirección si no quiere quedar atrás. Los proyectos nuevos nacerán listos para esto; los viejos tendrán que aligerarse si quieren sobrevivir.
Herramientas que marcan el camino
Herramientas como V0 me muestran claramente hacia dónde vamos. Puedo describir lo que busco y obtengo una interfaz lista para usar. Y no se queda ahí: podrá conectarse a servicios externos, manejar datos, interpretar imágenes o mensajes y convertirlos en acciones concretas. Incluso permitirá crear apps pensadas para un solo cliente o un solo negocio sin que esto lleve meses.
Cómo cambia nuestro rol
Todo esto también redefine mi rol profesional. La IA no reemplaza la creación de software, pero sí cambia cómo construyo. Me empuja a enfocarme en lo que de verdad importa: la calidad, la experiencia, la intención detrás de cada decisión. Y hace que las líneas entre diseño, producto y desarrollo estén más cerca que nunca.
Quienes trabajen en la base de todo esto también van a tener un papel clave. Se necesitan personas capaces de crear la estructura donde estas nuevas herramientas van a correr. La IA los ayuda, sí, pero su trabajo sigue siendo esencial para que todo lo demás exista.
El principio de simplicidad progresiva
Algo que aplico cada vez más es la idea de mostrar solo lo necesario. Lo complejo está, pero escondido hasta que la persona lo pide. Como un sistema simple por fuera y poderoso por dentro. Así es como funciona la tecnología que realmente dura.
Conclusión
La web se vuelve generativa. Se adapta a cada usuario. Crea lo que necesitás sin fricción. Y eso abre la puerta para que más personas puedan construir software sin perderse en procesos eternos.
Nuestro foco cambia: menos ruido, más calidad, mejor diseño y una visión clara. Es la oportunidad de replantear cómo se construye todo y ponerlo al alcance de más manos.